La tecnología e Internet han cambiado muchas cosas en muy pocos años. La manera de comunicarnos, el modo de leer, la manera de hablar y de escribir, la manera de aprender y de jugar…
El mundo virtual interactúa con el cerebro y, a menudo, aplicaciones, redes sociales y juegos aprovechan de cómo funciona nuestro cerebro para crear una verdadera adición. Los niños y adolescentes son más vulnerables a estos efectos. La tecnología e Internet han propiciado muchos cambios positivos para las personas y la sociedad. También han provocado nuevas enfermedades, nuevos problemas sociales, nuevos conflictos. La humanidad apenas estamos aprendiendo qué significa y qué consecuencias tiene el mundo virtual. Los adultos conservamos las referencias de cuando el mundo era más analógico, pero los más jóvenes ya no tienen estas referencias y esto puede hacerlos más vulnerables.